¡Qué miedo!

OBJETIVOS: Mantener un contacto divertido e informal entre los componentes del grupo. Perder el miedo a la interpretación.

Conocer a los miembros del grupo a través de la interpretación.

Crear un ambiente de respeto y confianza para un futuro trabajo en equipo.

Crear un ambiente de respeto y confianza para un futuro trabajo en equipo.

EDAD: Dirigido a jóvenes y adultos.

TIEMPO: Entre 15 y 20 minutos.

MATERIAL: No se hace uso de ningún material.

DESARROLLO: Se reúnen todos los participantes en la sala y se hacen dos grupos, un grupo será los miedosos y el otro los psicólogos, la tarea de estos últimos consistirá en averiguar qué miedos son los que padecen sus pacientes.

El grupo de miedosos tiene 5 minutos para que cada individuo piense en un posible miedo, estos miedos tienen que poder representarse y reconocerse de forma tangible, por ejemplo alguna característica física de las personas (miedo al pelo largo, miedo a los ojos azules, etc.), miedo a gestos concretos (sonreír, cruzar los brazos, etc.), miedo a algún color en concreto y así infinidad de posibilidades.

Una vez que cada miembro del grupo de los miedosos haya decidido cuál es su miedo, se colocarán en el centro de la sala y empezarán a interpretarlo (no pueden hablar, sólo gritar, llorar, reír, balbucear, etc.). Cada miembro del grupo de psicólogos tendrá que observar individualmente a cada miedoso y una vez lo tenga claro preguntarle al oído si su miedo es: (…). El miedoso sólo podrá contestar o no. Si la respuesta es negativa el psicólogo tendrá que seguir observando; si es afirmativa tendrá que pasar a observar a otro participante y así sucesivamente hasta conseguir descubrir y detectar el miedo de cada enfermo.

El primer psicólogo que lo logre, lo comunicará al animador. Finalizará la dinámica con la explicación del psicólogo de cada uno de los comportamientos de los miedosos.

La dinámica se evaluará por la participación y la actitud de los integrantes del grupo.

VARIANTES: Se puede efectuar la misma dinámica en grupos más reducidos donde sólo uno de los integrantes realice el papel de miedos y todos los demás individuos participen como psicólogos.

OBSERVACIONES: Se debe respetar la decisión del individuo que no quiera interpretar el rol de miedoso.

El espacio debe de ser amplio, ya sea exterior o exterior.

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